MUNDO TIGRENSE
  TIGRE Y MORON
 



TIGRE Y MORON

En el fútbol argentino, algo muy habitual son los enfrentamientos entre hinchadas. Uno de los motivos principales es que muchos equipos tienen la misma zona de influencia en los barrios y la división del fanatismo de la gente suele provocar odios. Sin embargo, la utopía de ver a dos hinchadas festejando juntas  es una realidad cuando se enfrentan Tigre y Deportivo Morón. Para la gente del Matador y del Gallo esto no tiene nada de especial; sin embargo, para los extraños no deja de sorprender la amistad que se cultiva entre ellos desde 1975.Todo por un policía. Si bien la relación entre las hinchadas de Tigre y de Morón en su comienzo estuvo marcada por las luchas cuerpo a cuerpo y las peleas con piedras y palazos varios, como en toda historia de amor hubo un día en que el rumbo cambió de manera rotunda. Ese momento clave fue en 1975, cuando se enfrentaron en Morón por un partido correspondiente al torneo de Primera B. Para no perder la costumbre, las hinchadas se encontraron antes de que comience el partido y se dieron con todo. Pero en el entretiempo, una mala jugada de un oficial de la Policía generó una amistad que parece eterna: cuando los jugadores estaban en el descanso, el policía -que estaba borracho y casi no podía mantenerse en pie- le apuntó a una pelota que pasó muy cerca de él. La gente del Matador no podía creer lo que había visto y empezó a burlarse. Pero el uniformado no soportó las cargadas de los hinchas y realizó varios disparos hacia la tribuna visitante. Uno de ellos hirió en el pecho a una de las personas presentes, apodado el Negro Zamora, quien fue internado -recién se recuperó luego de permanecer varios meses en grave estado-. Ante este hecho, la reacción de la barra de Tigre no se hizo esperar y no dudó en comenzar a pelear contra la Policía. Cuando la hinchada de Morón se dio cuenta de lo que estaba pasando, se "solidarizó" y empezó a cantar "y pegue, y pegue, y pegue Tigre pegue...".En medio de los incidentes, la Policía detuvo al oficial borracho y lo trasladó a la comisaría al ver que las dos hinchadas intentaban destruir el sector de vestuarios buscándolo para vengarse. El partido, que estaba empatado cero a cero, obviamente fue suspendido. Pero la guerra contra la Policía recién empezaba. Al enterarse de que el oficial agresor se encontraba en la comisaría, las hinchadas del Gallo y del Matador decidieron poner la piedra fundamental de lo que hoy es su gran amistad: compartieron los camiones en los que había llegado la gente desde Victoria y se dirigieron a la seccional para hacer justicia por mano propia. Cuando llegaron allí, intentaron tomar la dependencia y solamente la represión por medio de disparos al aire pudo calmar los ánimos. Desde ese momento, la amistad no paró de crecer y los vínculos se fueron estrechando. Por eso, comenzó a ser habitual ver a hinchas de Morón alentando a Tigre y viceversa. Algo que también es muy común es el intercambio de camisetas y de banderas. 

 
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